viernes, 22 de abril de 2016

Etica aplicada al diseño gráfico

Hoy en día el diseño gráfico es una actividad profesional, como muchas otras formas de hacer dinero, que se desarrolla dentro de una red de relaciones entre diversos implicados, que deben respetarse mutuamente.
Si entendemos la ética aplicada como la disciplina que investiga sobre las relaciones entre todos los protagonistas o implicados de algún sector, grupo social o empresa. No pretende decirnos como se tiene que ser, sino mostrar qué formas de relación hay. Reflexionar sobre el mal en relación con el bien y sobre las formas de gestionar la diversidad. La ética aplicada traduce los cambios sociales, tecnológicos y científicos a principios, o normas, de carácter moral lo más universales posible. Reflexiona sobre cuestiones de método, de orden, de límites, de validez, de existencia. Es la teoría del desarrollo de los principios éticos generales en conexión con la esfera de los hechos concretos.

Normalmente todas las éticas aplicadas deben cumplir unos principios generales:
    Principio de beneficencia: quien aplica la ética quiere hacer el bien.
    Principio de no-maleficencia: cuando no es posible hacer el bien, es necesario implicarse para no hacer el mal.
    Principio de autonomía: cada sujeto es responsable de él mismo y no reductible a cualquier otro. No se puede hacer el bien sin contar con la persona que lo está reclamando (usuario-cliente).
    Principio de rigor (integrity): una ética aplicada no es un esquema propagandístico sino una exigencia global que abarca la totalidad de la persona y de las relaciones sociales.
    Principio de justicia: es necesario repartir con equidad y imparcialidad los recursos escasos. Este principio actúa como punto medio entre la autonomía y la beneficencia.
    Principio de transparencia (openness): este principio evita cualquier privilegio.



El diseño gráfico debería tener un código ético, es decir, un documento consensuado entre profesionales, del mismo gremio y de los relacionados con él, que explicita las responsabilidades morales que provienen del ejercicio de una profesión y las expectativas que los usuarios tienen derecho a exigir en sus relaciones con un profesional y con una corporación». Entendemos por tanto que el código deontológico tiene más de reglas del juego consensuadas, que de leyes divinas sobre el bien y el mal. Clientes, diseñadores, consumidores, fabricantes, proveedores, asociaciones profesionales, estado, impresores, estudiantes de diseño, distribuidores, comerciales son algunos de los implicados que deben de dotarse de unas normas formuladas a partir de unos principios mínimos que aseguraran el buen desarrollo del juego.






Por tanto me gustaría que reflexionásemos como profesionales en la ética aplicada al diseño gráfico y que esas ideas se pudieran concretar en un código ético.