La
educación dual, empresa-centro educativo, independientemente del marco
legislativo que lo garantice o proteja y de la tipología que se plantee en el
reparto de los tiempos y capacidades cambia
radicalmente el concepto de aprendizaje formal.
Es
decir, la nueva formación profesional dual que quieren imponer como modelo
educativo de futuro cambia sustancialmente los principios metodológicos
utilizados hasta este momento. El alumno ya no puede ir acumulando por escalones
ascendentes conocimientos, procedimientos y aptitudes ahora, por la inmediatez
del trabajo en la empresa, debe formarse de forma global, circular, completa
desde el inicio. Como las roscas de un tornillo se va formando al estudiante en
múltiples vueltas de 360º alejadas de la punta hasta que sucesivamente se
alcanza el final de la formación profesional requerida.
La
empresa, mediante pequeños trabajos, y el centro educativo, mediante proyectos
debe formar al alumno de forma global, circular y completa. Es decir, de la
idea hasta el producto final pasando por cada proceso sin dejar nada en
departamentos estanco para una mayor profundización o revisión posterior. El
alumno debe llevar un conocimiento completo de un proceso. Se parte de los
objetivos mínimos para alcanzar una formación completa en cada una de las
capacidades requeridas para la habilitación o titulación requerida.
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