miércoles, 10 de julio de 2013

PROYECTO JÓVENES Y HAMBRIENTOS


Proyecto Jóvenes y hambrientos
Descripción: Libro de cocina realizado por jóvenes y para jóvenes. Enseñar que los jóvenes saben comer bien y variado. Cada alumno realizará un menú completo: con un primer plato, segundo y postre. Describirá los ingredientes, explicará la forma de preparación, anotará un pequeño truco para mejorar la receta y por último, fotografiará cada uno de los platos. El libro impreso de 150 páginas tamaño A5 se imprimió a color por los alumnos con los medios disponibles en el taller de Artes Gráficas.
La edición en papel irá acompañada de otros productos gráficos como un marcapáginas, carteles, videos del proceso de elaboración, una presentación oficial del libro con autoridades e invitados coincidiendo con el día del libro (23 de abril 2013) y de una página web gratuita donde se colgará la edición digital del libro en diferentes formatos para su divulgación pública y gratuita, así como un seguimiento en facebook y otras redes sociales del evento.
Objetivo: Realizar un proyecto colectivo transmedia y solidario del que se sientan parte y sirva de curriculum práctico para los alumnos de cara a su inminente integración laboral a través de la formación en centros de trabajo (FCT). La primera tirada impresa fue de 150 ejemplares y se distribuyó el 23 de abril entre los asistentes a la presentación del libro y la segunda tirada de otros 150 ejemplares cumplió con las reservas y obligaciones con el equipo de producción, centro educativo, patrocinadores y peticiones online recibidas. La recaudación se entregó de forma íntegra a un banco de alimentos gestionado por la Red de Apoyo de Tetuán vinculada con los movimientos ciudadanos del 15 M. Las descargas online del libro fueron y siguen siendo múltiples ya que permanecerá en la web todo el tiempo que podamos.
Equipo: 28 alumnos/as de primer curso del ciclo superior de Diseño y Producción Editorial del Instituto Virgen de la Paloma de Madrid (curso 2012-13)
Plazos: del 18 de marzo al 30 de abril, coincidiendo con el final de la segunda evaluación y el comienzo de la tercera evaluación.
Fases en la realización del proyecto
Aunque cada tipo de proyecto plantea etapas particulares en su desarrollo, podemos señalar algunas fases genéricas presentes habitualmente en un trabajo de investigación, cualquiera que sea su naturaleza que coinciden con nuestro proyecto. En síntesis, son las fases de preparación, desarrollo y comunicación.
En la fase de preparación se realizaron las primeras conversaciones e intercambios a través de la técnica de la tormenta de ideas que plantearon un posible tema de proyecto y cómo se debía ir perfilando. En esta fase se especificaron el asunto, el propósito, las posibles actividades de marketing y comunicación a desarrollar y los recursos disponibles y necesarios para el proyecto. Se dividió al equipo de forma voluntaria en los diferentes departamentos profesionales necesarios para la realización de un libro: proyecto editorial, marketing, derechos, diseño, preimpresión, impresión, costes, postimpresión, comunicación, editor y corrección.
Aprendimos rápidamente en esta fase que las planificaciones demasiado minuciosas cierran prematuramente posibilidades y, además, resultan un corsé o atadura muy pesada a la creatividad y el diseño ya que se exige de forma exhaustiva registrar por escrito cuanto se hace, a menudo siguiendo patrones muy rígidos y estereotipados. Para planificar con cierto éxito decidimos explicar diariamente y de forma pública cuantos avances o noticias surgían para poder reflexionar, decidir y votar sobre los cambios que surgían en el proyecto. La comunicación con todos a través del correo electrónico y de forma presencial fue clave para la motivación y finalmente el éxito de este proyecto.

La fase de desarrollo implica la efectiva puesta en práctica del proyecto. Los diversos equipos necesitaron espacios y tiempos para poder ir realizando su trabajo. Ya sabemos por estudios anteriores que los equipos que trabajan muy juntos y sin condiciones ambientales ni recursos suficientes, no podrán cumplir satisfactoriamente su labor. En esta fase los alumnos se dividieron en pequeños grupos y se marcaron un calendario de producción. Distribuyeron su tiempo y su trabajo para cumplir las fechas de entrega y aportaron sus habilidades adquiridas en otras etapas educativas tanto formales como no formales para mejorar el proyecto inicial.
Como se puede comprobar viendo el proyecto transmedia realizado en


https://www.facebook.com/events/.../permalink/507925755933368/‎;
las actividades que tuvieron que cumplir fueron muy variadas desde trabajos de campo, consultas bibliográficas, entrevistas, llamadas telefónicas, ilustraciones, diseños, bocetos y experimentos, visitas a patrocinadores y colaboradores, acciones en la comunidad escolar y un largo etcétera.
Es importante destacar aquí que los mismos alumnos fueron realizando el seguimiento de su labor e informando al profesor y al alumno-editor en todo momento. El alumno-editor se encargó de mostrar de forma resumida y en conjunto, la marcha de las diversas partes e investigaciones sin obstaculizar  la alegría y la espontaneidad del trabajo; de esta manera se tuvo siempre al alcance de todos el conocimiento global para corregir errores por el camino pero dejando libertad para crear.

La fase de comunicación fue clave en este proyecto. No queríamos que el esfuerzo realizado se olvidara, o bien se quedase en una breve exposición oral ante los compañeros en el aula. Era importante valorar esta fase, tan relevante en toda investigación, y ofrecer diversos cauces para la misma, variables según circunstancias e inclinaciones de cada equipo que forma el proyecto.
Algunos autores (véase, por ejemplo, Gethins, 1990) diferencian entre la puesta en común, una sencilla comunicación a los compañeros de los resultados de un proyecto, y otra denominada presentación/celebración, que implica una comunicación más allá de la clase, con mayor amplitud y diversidad de mecanismos, utilizando medios que pueden ser desde poemas y canciones hasta carteles, modelos o grabaciones.
Nos decidimos por esta presentación/celebración, necesitábamos comunicar el proyecto realizado no sólo en una acción hacia el exterior sino también hacia adentro. En el sentido de que ayudará a los alumnos a creerse capaces de hacer cualquier trabajo profesional que le encarguen, así como ordenar sus pensamientos y completar y perfeccionar la formación teórica recibida hasta ese momento. Sabíamos que la expresión escrita y/o gráfica de resultados, las exposiciones orales organizadas y otras vías de comunicación, representarían para ellos niveles más formales y exigentes de manifestación de ideas y observaciones. Por otra parte, el diálogo con los interlocutores permitiría avanzar aún más en ese proceso. Al comunicar los resultados a otros en la presentación del libro se dio pie también a la evaluación externa del trabajo, paso muy beneficioso porque les ayudó a ordenar y reflexionar en lo realizado en el proyecto con rigor y atención. Les permitió una  retroalimentación muy útil a través de las diversas preguntas de los asistentes al acto oficial de presentación del libro.
Teniendo presente estas ideas decimos que fueran los alumnos quienes decidiesen qué iban a contar, cómo y a quién facilitándoles los medios y recursos en nuestra mano para que se produjera esta comunicación satisfactoriamente. Al acto de presentación del libro acudieron representantes de instituciones públicas y privadas, patrocinadores, equipos docentes, alumnos, así como gente que había conocido nuestro proyecto solidario por facebook y quería poner su granito de arena.
El día 1 de mayo dimos por terminado nuestro proyecto solidario mediante un pequeño acto que documentamos digitalmente donde entregamos el dinero recaudado, una nota de prensa y un correo electrónico donde agradecíamos a todos los que habían apoyado la realización de este proyecto de una forma u otra. Gracias a internet hoy en día sigue estando presente para quien lo quiera consultar con sólo buscar en google jovenesyhambrientos.

EL PROCESO DE APRENDIZAJE PARA LA NUEVA FP DUAL


La educación dual, empresa-centro educativo, independientemente del marco legislativo que lo garantice o proteja y de la tipología que se plantee en el reparto de  los tiempos y capacidades cambia radicalmente el concepto de aprendizaje formal.
Es decir, la nueva formación profesional dual que quieren imponer como modelo educativo de futuro cambia sustancialmente los principios metodológicos utilizados hasta este momento. El alumno ya no puede ir acumulando por escalones ascendentes conocimientos, procedimientos y aptitudes ahora, por la inmediatez del trabajo en la empresa, debe formarse de forma global, circular, completa desde el inicio. Como las roscas de un tornillo se va formando al estudiante en múltiples vueltas de 360º alejadas de la punta hasta que sucesivamente se alcanza el final de la formación profesional requerida.
La empresa, mediante pequeños trabajos, y el centro educativo, mediante proyectos debe formar al alumno de forma global, circular y completa. Es decir, de la idea hasta el producto final pasando por cada proceso sin dejar nada en departamentos estanco para una mayor profundización o revisión posterior. El alumno debe llevar un conocimiento completo de un proceso. Se parte de los objetivos mínimos para alcanzar una formación completa en cada una de las capacidades requeridas para la habilitación o titulación requerida.

EN QUÉ CONSISTE EL APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS


Esta estrategia de enseñanza constituye un modelo de instrucción auténtico en el que los estudiantes planean, implementan y evalúan proyectos que tienen aplicación en el mundo real más allá del aula de clase (Blank, 1997; Dickinson, et al, 1998; Harwell, 1997).
En ella se recomiendan actividades de enseñanza interdisciplinarias, de largo plazo y centradas en el estudiante, en lugar de lecciones cortas y aisladas (Challenge 2000 Multimedia Project, 1999). Las estrategias de instrucción basada en proyectos tienen sus raíces en la aproximación constructivista que evolucionó a partir de los trabajos de psicólogos y educadores tales como Lev Vygotsky, Jerome Bruner, Jean Piaget y John Dewey.
Se aprende construyendo nuevas ideas o conceptos, basándose en sus conocimientos actuales y previos (Karlin & Vianni, 2001).
Más importante aún, los estudiantes encuentran los proyectos divertidos, motivadores y retadores porque desempeñan en ellos un papel activo tanto en su elección como en todo el proceso de planeación (Challenge 2000 Multimedia Project, 1999, Katz, 1994).
Existe una amplia gama de proyectos: de aprendizaje mediante servicio a la comunidad, basados en trabajos, etc. Pero los proyectos auténticos tienen en común los siguientes elementos específicos (Dickinson et al, 1998; Katz & Chard, 1989; Martin & Baker, 2000; Thomas, 1998).

       Centrados en el estudiante y dirigidos por el estudiante.
       Claramente definidos, un inicio, un desarrollo y un final.
       Contenido significativo para los estudiantes; directamente observable en su entorno.
       Problemas del mundo real.
       Investigación de primera mano.
       Sensible a la realidad social y culturalmente apropiado.
       Objetivos específicos relacionados tanto con las programaciones educativas de aula como con los estándares del currículo de las administraciones públicas estatal y autonómica.
       Un producto tangible que se pueda compartir con la audiencia objetivo.
       Conexiones entre lo académico, la vida y las competencias laborales.
       Oportunidades de retroalimentación y evaluación por parte de expertos.
       Oportunidades para la reflexión y la autoevaluación por parte del estudiante.
       Evaluación o valoración auténtica de los progresos individuales de los alumnos en las capacidades que se plantean.
Los estudiantes que participan en los proyectos se exponen a una gran variedad de habilidades y de competencias tales como colaboración, planificación de proyectos, toma de decisiones y manejo del tiempo (Blank, 1997; Dickinsion et al, 1998). 

Educación por proyectos clave en el proceso de aprendizaje para la nueva FP Dual


Como profesor de adultos en ciclos de formación profesional sigo una filosofía bastante pragmática que establece principalmente que los conceptos son entendidos a través de la observación activa y que el aprendizaje implica experiencia, es decir, el contacto directo con las cosas. Por tanto, el trabajo por proyectos es una parte muy importante del proceso de aprendizaje que defiendo en mi programación de aula ya que incluye preparar a los estudiantes para los puestos de trabajo, motivar y hacer la conexión entre el aprendizaje en la escuela y la realidad de las empresas.
Los estudiantes retienen mayor cantidad de conocimiento y habilidades cuando están comprometidos con proyectos estimulantes, motivadores, asociativos, vinculantes, innovadores y cercanos. Mediante los proyectos, los estudiantes hacen uso de habilidades mentales de orden superior en lugar de memorizar datos en contextos aislados sin conexión con cuándo y dónde se pueden utilizar en el mundo real (Blank, 1997; Bottoms & Webb, 1998; Reyes, 1998).
El trabajo por proyectos se vuelve todavía más valioso en la sociedad actual en la que los docentes trabajamos con grupos de alumnos heterogéneos con diferencias sustanciales básicas como son la edad, la capacidad, la necesidad, el estilo de aprendizaje, los antecedentes étnicos y culturales y, entre otros, el nivel de habilidad.
Con este tipo de aprendizaje colaborativo se fomenta a los estudiantes a compartir ideas entre ellos o servir de altavoz a las ideas de otros, expresar sus propias opiniones y negociar soluciones, gestionar errores, entre otras habilidades necesarias para los futuros puestos de trabajo (Bryson, 1994; Reyes, 1998).
Un enfoque de enseñanza uniforme no ayuda a que todos los estudiantes alcancen los objetivos mínimos; mientras que uno basado en proyectos, se construye sobre las fortalezas individuales de cada estudiante y les permite explorar sus áreas de interés, por muy dispares que sean, dentro del marco de un currículo educativo establecido.

Los principales beneficios del aprendizaje basado en proyectos incluyen también:
       Aumentar las habilidades sociales y de comunicación.
       Aumentar la autoestima. Los estudiantes se enorgullecen de lograr algo que tenga valor fuera del aula de clase (Jobs for the future, n.d.).
       Permitir que los estudiantes hagan uso de sus fortalezas individuales de aprendizaje y de sus diferentes enfoques hacia este (Thomas, 1998).
       Manejar herramientas y posibilitar una forma práctica, del mundo real, para aprender a usar la Tecnología. (Kadel, 1999; Moursund, Bielefeldt, & Underwood, 1997).

Utilizar proyectos integradores como parte del currículo educativo no es un concepto nuevo y los docentes, en su práctica educativa,  los llevan incorporando desde principios del siglo XX con mayor o menor frecuencia a sus programaciones didácticas de aula o de ciclo. El origen se le atribuye al profesor William Heard Kilpatrick  de la Universidad de Columbia (EEUU) cuando publicó su trabajo "Desarrollo de Proyectos” en 1918. Kilpatrick más que hablar de una técnica didáctica expuso las principales características de la organización de un plan de estudios de nivel profesional basado en una visión global del conocimiento que abarcara el proceso completo del pensamiento, empezando con el esfuerzo de la idea inicial hasta la solución del problema.
Pero la enseñanza basada en proyectos es diferente: Es una estrategia educativa integral, una concepción basada en la integración total y global, en lugar de ser un complemento.

Estas prácticas implican dejar de lado la enseñanza mecánica y memorística para enfocarse en un trabajo más retador y complejo; utilizar un enfoque interdisciplinario en lugar de uno por área o asignatura y estimular el trabajo cooperativo (Anderman & Midgley, 1998; Lumsden, 1994)
Mantener a los estudiantes mayores de edad en las Instituciones Educativas Públicas comprometidos y motivados con su formación profesional constituye un reto muy grande aún para los docentes más experimentados.
Aunque es bastante difícil dar una receta que sirva para todos, la investigación evidencia que existen prácticas que estimulan una mayor participación de los estudiantes. Estas son las que debemos poner en marcha si queremos conseguir los objetivos marcados, que no son otros que la formación en capacidades profesionales de nuestros alumnos.